Hace tiempo que me hablaron de este autor como un nombre obligado en las novelas de ciencia ficción, y el otro día, paseando por la biblioteca me acordé de él. (Algo tienen las bibliotecas que me hacen perder el sentido de la realidad, y acabo yendo a la aventura por ver qué encuentro en sus estanterías). No sabía por dónde empezar, y acabé cogiendo la Trilogía del Imperio porque sonaba a acabado y una sola novela. Pero resultó que no, que aquello era, en realidad, tres novelas que estaban en medio, cronológicamente hablando, de toda su serie de la Fundación (que está compuesta por tres sagas: Robots, Imperio y Fundación).
Cuando terminé la primera historia, no tenía nada claro cómo hablaros de ella. Si esperarme a terminar las tres, o hacerlo de una en una. Sin embargo, el análisis de la obra de Asimov que aparece al final del tomo, escrito por Rodolfo Martinez, me hizo comprender cuán distintas son las novelas de Asimov entre ellas, y qué probablemente no les hiciera justicia si las tratara todas juntas. Luego se me añadió el factor tiempo, y se convirtió en definitivo: os hablaré de ellas de una en una. ¿Tenéis ganas de saber por cuál empezaré?
Título: Trilogía del imperio: Polvo de estrellas
Autor: Isaac Asimov
Editorial: Alamut
Traductor: Carlos Gardini
Precio: 26’95€
Sipnopsis:
Entre las novelas de Robots y la serie de la Fundación se encuentra la Trilogía del Imperio: tres clásicas obras de Isaac Asimov donde se trazan los inicios de la expansión humana por la Galaxia hasta llegar al auge del Imperio Galáctico con capital en Trantor
En Polvo de estrellas, un ranchero de un mundo agrícola y la princesa de un sofisticado reino nebular deben unir sus fuerzas para tratar de encontrar el mundo rebelde que supone la última esperanza contra el tiránico imperio que los oprime.
Opinión personal
Me habían avisado de que era un escritor que manejaba términos muy técnicos, muy científicos, y sí, lo cierto es que había cosas que no he entendido mucho, dado que tampoco se obcecaba mucho en ellos no me han preocupado en demasía. Quiero decir, no me quita el sueño el no saber cómo hacer un salto estelar, aunque admito que me gustaría entenderlo, aunque fuera para participar en algunos debates sobre la ciencia ficción, pero me da a mí que mejor me atengo a lo que realmente sé, que es la construcción de la propia historia.
Me ha parecido una historia sencilla, la trama en sí lo era, aunque el mundo que se atisbaba detrás dejaba entrever algo mucho más complejo que espero ir descubriendo con otras novelas. Me ha gustado sobre todo su forma de narrar, que no dejaba caer la acción en ningún momento; las descripciones claras y concisas, sin muchas elaboraciones que ralenticen la historia. Casi todo el tiempo era capaz de adelantarme a los acontecimientos, excepto, quizás, el final que no le vi hasta que el autor me dio las pistas necesarias.
Lo cierto es que la narración, los personajes y la trama, si bien me han agradado, no me han parecido nada del otro mundo. Tras terminar Polvo de estrellas, no me entró la urgencia por seguir con la siguiente novela, pero sí dejó un sabor que hacía tiempo que no disfrutaba. Me recordó ligeramente a las series de Enid Blynton, por el hecho de que me parecieron historias ligeras, bien formadas dentro de su propio universo literaria, y para pasar un rato, pero un rato muy agradable.
Con esta novela no puedo juzgar si Asimov es un clásico hasta para mí, como me bastaron Los Miserables para adorar a Víctor Hugo, pero desde luego la conclusión que saco de esta obra es que volveré a leer a este autor. Ahora, sin miedo a saber qué obra escojo, y con la seguridad de que me va a entretener.